Y con resfriado

¡Hola! Hoy se cumple mi semana 24 de embarazo, y la verdad, no lo puedo creer. Entre lo mal que lo pasé al principio y lo negativo de las estadísticas en cuanto a evolución de un embarazo a los 43 años, me costaba mucho visualizarme en este punto.

Según las estadísticas generales, en esta semana, el bebé mide unos 30 cm y pesa unos 600 g. Sus ritmos de descanso y estado de alerta se alternan de manera más regular (yo lo noto claramente) y sus cejas y pestañas continúan desarrollándose. A partir de ahora ganará peso rápidamente, y yo se supone que también 😉 A día de hoy he subido unos 6,5 kg y el contorno de mi barriga, que no lo había medido hasta ahora, es de 94 cm.

Ayer estuve en el Centro de Salud con mi médico de cabecera por un resfriado que me tiene frita desde hace una semana, pero sobre todo porque el miércoles de la semana pasada el médico otorrino selló unos vasos de mi nariz con nitrato de plata, pues en el embarazo se han exacerbado los sangrados de mi nariz, que en mi caso son bastante aparatosos desde hace años y tenía que ponerle remedio. Estoy un poco incómoda con la costra que se hace y encima resfriada, así que respirar por la nariz se ha convertido en una quimera, pero día a día parece que estoy mejor. Me tranquilizó diciéndome que esa intervención y el embarazo eran totalmente compatibles. Pero me dejó intranquila con una cosa, estoy en la semana 24 y no me han hecho los análisis del segundo trimestre, pensando sobre todo en la prueba de la sobrecarga de la glucosa (test de O’Sullivan) pues por protocolo a partir de los 35 años se hace tanto en el primer como en el segundo trimestre, para tener como referencia el valor del primer trimestre. El lunes día 5 tengo control con el ginecólogo y será lo primero que pregunte nada más entrar.

En cuanto a cómo me he sentido estas 2 semanas, pocos cambios:

• Sigo con mucha energía y vitalidad, pero debe controlarme y no excederme con la hiper-actividad típica en mí.
• Se me escapa el pis cuando toso y estornudo, por no hablar de la cantidad de veces que voy al baño por la noche, así que ayer por la tarde tomé medidas: compré compresas para la incontinencia urinaria. De vez en cuando me acuerdo de los famosos ejercicios de Kegel y fortalecimiento del suelo pélvico pero ante este panorama me lo voy a tomar más en serio a partir de ahora.
• Apenas he tenido dolores tipo tirón.
• Sigo con mucho flujo, pero las compresas para la incontinencia urinaria solucionan también esto.
• El malestar estomacal no cesa, las tardes-noches son un infierno de acidez, reflujo gástrico, indigestión, ligera náusea… pero por lo menos puedo comer con un poco más de ganas.
• De carácter estoy muy bien, las hormonas no me la han vuelto a jugar a modo de cabreo monumental y la sensibilidad extrema la voy manejando mejor.
• Sigo sin estreñimiento ni dolor de espalda y la ciática ha desaparecido.
• Por las tardes noches sigue poniéndoseme la barriga muy dura, sobre todo aquellos días en que no paro de hacer cosas.
• Duermo como un tronco a pesar de las veces que me levanto al baño.

Mi único ejercicio es caminar todo lo que puedo, me gustaría sacar tiempo para hacer algo de yoga prenatal, pero no hay manera. Cruzo los dedos para que el embarazo siga adelante día a día y que más o menos se cumpla la fecha probable de parto y que hasta ese momento pueda seguir con mi vida normal, aunque adaptada a mi lentitud y cansancio cuando me excedo en actividades. Me gustaría poder seguir trabajando, pasar horas en la cocina con mis platillos, salir a pasear… cosas sencillas pero que me llenan mucho.

La próxima entrada será el viernes, porque el jueves nos cortan la luz toda la mañana para labores de mantenimiento. No sé si será una receta o una entrada de bienestar emocional.

Muchas gracias por leer hasta aquí 🙂 Me encantará leer tus comentarios y si estás embarazada como yo, me gustaría saber cómo te encuentras y si coincidimos o no en síntomas.