Cuidarse en el embarazo

La belleza de fuera…

¡Hola! Se me ocurrió escribir esta entrada después de darme cuenta de que las revistas, los anuncios y la tele, cuando el tema es la maternidad, representan a las mujeres embarazadas siempre jóvenes, guapas, activas, bien arregladas… ¡cualquiera diría que están embarazadas, si sólo les falta tirarse en parapente!

maquillaje

Habrá de todo… pero desde luego no es mi caso. Mi primer embarazo y éste fueron totalmente diferentes en muchas cosas. En el primero engordé mucho pero me encontraba muy bien y los síntomas del primer trimestre fueron una tontería comparados con este embarazo. Aún así, no me arreglé demasiado, compré mucha ropa premamá pero entre lo que engordé (mucho) y que no era una época en la que habitualmente me arreglara o supiera arreglarme bien, pues nunca me sentí «mona» en aquel embarazo desde el punto de vista del aspecto exterior.

Alguna vez se me pasó por la cabeza la idea de que si volvía a tener un hijo, sería distinto e intentaría arreglarme y estar siempre «ideal». ¡Qué tontería más grande!

Antes de quedarme embarazada esta vez, podría definirme como una mujer que normalmente iba arreglada. No en exceso, pero cuidaba los detalles: ropa, complementos, maquillaje, perfume… En el último año, debido a mis problemas de salud, había ido un poco a menos ya que me encontraba muy cansada y muy deprimida, pero seguía arreglándome.

En este embarazo, en el primer trimestre, lo máximo que podía hacer por mi aspecto físico era ducharme a diario y lavarme el pelo cuando tocaba, pero poco más. Me encontraba tan mal, que ni siquiera me ponía crema corporal después de la ducha, cosa que hago religiosamente desde que tengo uso de razón. La piel de la cara me la cuido muchísimo desde que tengo 13 años, y aún así, más de un día me fui a dormir sin ponerme mis cremas. Y fueron muchos días. Me gustaría saber qué pensaban en mi trabajo, porque el cambio y la desmejoría eran evidentes: parecía un cadáver andante. Durante las primeras 16 semanas de este embarazo me sentía enferma.

En este segundo trimestre, la cosa ha cambiado algo, pero no mucho. En esta ocasión, apenas he comprado ropa premamá, por fea y cara. Me estoy apañando con la siguiente ropa premamá: dos pantalones vaqueros, unos leggings, una camisa de manga larga y 3 camisetas de manga corta. De momento, por arriba, sigo usando mi ropa, incluyendo chaquetas y abrigos que, lógicamente, no me los abrocho. Y me he comprado alguna camiseta de corte oversize o de una talla más a la que yo uso de ropa «normal».

En cuanto a la piel de la cara, en este trimestre, vuelvo a cuidarla mucho, por fin. La limpio tanto por la mañana como por la noche, independientemente de si me maquillo o no; hago doble limpieza (primero aceite de jojoba y luego limpiador al agua sin jabón), y la hidrato por la mañana y la nutro por la noche. Uso una crema para las manchas tanto por la mañana como por la noche porque tengo muchas: algunas son pecas y otras son del sol (me encanta la playa y el mar, y aunque uso protección altísima, gorra y gafas, no expongo la cara directamente y normalmente voy a partir de las 5 de la tarde, aún así, tengo manchas del sol).

En la piel del cuerpo uso la hidratante después de la ducha de nuevo. Pero no gasto ni un euro en cremas antiestrías. Los laterales de las caderas los tengo llenos de estrías desde que tengo 15 años. En el primer embarazo, a pesar de que engordé muchísimo, no me salió una estría adicional a las que ya tenía. En la mayor parte de los casos, las estrías salen por cambios hormonales y genética, más que por el cambio en el peso. En esta ocasión, tampoco estoy usando ninguna crema para las estrías y no noto que me haya salido ninguna estría más de las que ya tengo desde hace casi 30 años. Lo único que hago, como he hecho siempre es mantener la piel elástica por dentro (bebiendo agua) y por fuera (aplicando una crema hidratante corporal normal y corriente después de la ducha).

El maquillaje es mi asignatura pendiente, con lo que me gustaba verme bien maquillada, es increíble que no me apetezca nada. Pero nada. Muchos días salgo con la cara completamente lavada. Otros me animo y me aplico una hidratante con color, colorete, me repaso las cejas y un brillo de labios. Nada comparado con hace unos meses cuando me maquillaba, no en exceso, pero sí los ojos y con productos más cubrientes. Veremos cuando nazca la niña, cuando lleve noches sin dormir…

En cuanto a ropa y los complementos, salvo los tacones, más o menos estoy en mi estilo de siempre. Hay días que no me apetece nada y no cuido los detalles, pero lo normal es que vaya muy sencilla pero arreglada con pendientes, algún colgante, bufanda y más o menos conjuntada. Los tacones no los puedo ni ver, no es que antes usara tacones muy altos, más bien tacones monos pero cómodos… ahora ni eso.

Me queda otra entrada para hablar de por qué creo que en el primer embarazo subí tantísimo de peso (27 kg) y en éste estoy como un reloj.

¿Y tú? ¿Cuándo estabas embarazada estabas ideal como en las revistas o medio desastre como yo? 🙂

 

 

5 comentarios sobre “Cuidarse en el embarazo

  1. Pues yo te veo guapísima!!!
    Yo, el primer trimestre me sentía enferma y no me arreglaba demasiado. Pero tuve la suerte de conseguir unos conjuntos a buen precio y de colores vivos, recuerdo que eran pantalón y camisa y lo que hice fue comprar varios pañuelos de colores vivos también y los combinaba con los pañuelos y me sentí bien arreglada el resto del embarazo. Y tengo una anécdota en relación a la estética, pero en este caso con el momento después de dar a
    luz. Una persona me dijo saliendo del partitorio «que mala cara tienes», -claro, vengo de parir-. Llevaba mi bolso y todas mis cosas, pero no incluí ninguna pintura. Así que en mi segundo parto, cuando ya estaba en la habitación y aseada, antes de que llegaran las visitas me pinté, con maquillaje, pintura de labios, ojos, todo!!! Recuerdo que la primera enfermera que entró en la habitación me preguntó si me iban a dar el alta. La ginecóloga se sorprendió de verme tan arregladita. Pero yo me sentí bien.

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  2. Hola Maru!!
    Jaja, tienes toda la gracia y toda la razón!!
    En ninguno de los dos embarazos me he arreglado mucho, jeje. No soy de arreglarme mucho la verdad, voy siempre a lo loco y corriendo…así que imagina en los embarazos ¡horror!
    Y en la tele te aparecen premamás que parecen sacadas de la pasarela cibeles, ¡madre mía!
    Qué le vamos a hacer, jeje.
    Buen post. Muchos besos!!

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    1. Hace un año de esto… y ahora me arreglo más, pero ni la sombra de lo que hacía antes del embarazo. Con la pequeña ahora evito collares, pendientes, me maquillo lo básico, no puedo usar vestidos porque sigo dando teta (¿te imaginas con todo el refajo subido en la calle?) 😉 de los tacones ni me acuerdo… en fin, que vamos evolucionando 🙂 🙂 🙂

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