Y test de O’Sullivan y vacuna de la gripe

¡Hola! Ya estoy de 27 semanas, el miércoles comienza mi semana 28. Oficialmente estoy de 6 meses, me quedan 3 meses y 2 días para la fecha probable de parto (21 de marzo de 2017). Todavía me cuesta creer que ya estoy en este punto, deseando que pasen las Navidades para ponerme en serio a arreglar el cuarto de la niña. Parece que fue ayer el día de la primera ecografía en la que apenas se apreciaba una «judía».

En esta semana, el bebé ya tiene su órganos vitales desarrollados como para sobrevivir en la UCI en el caso de nacer ahora, sin embargo, los órganos más subdesarrollados son los pulmones. Su piel es roja, arrugada y se perciben claramente las venas. Mide unos 32 cm y pesa aproximadamente 1 kg. Lo de su peso es algo que noto claramente porque ya no aguanto acostada boca arriba, pues se me duerme la pierna derecha enseguida y me da dolor parecido al de la ciática.

Los análisis del segundo trimestre han salido muy bien: los valores sanguíneos están dentro de la normalidad, el riñón y el hígado funcionan bien, el valor de toxoplasmosis sale negativo y no tengo diabetes gestacional, cuya incidencia aumenta en las embarazadas a partir de 40 años igual que la hipertensión.

Me recomendaron ponerme la vacuna de la gripe porque el pico más alto de epidemia coincide con los últimos meses del embarazo y una gripe en una embarazada, si se complica, puede ser grave, incluso mortal. Soy alérgica a la penicilina así que por primera vez en mi vida, el lunes pasado me pusieron la vacuna de la gripe. Este año la vacuna trivalente (la que se compone de inmunidad frente a 3 cepas de virus) de la gripe, incluye 2 cepas de gripe A y una cepa de B, por lo que se estima que este año la gripe será «durilla». Pues ha sido la primera vez en mi vida que me pongo la vacuna de la gripe y será la última… al menos hasta que sea una abuelita jubilada y vuelva a estar en un grupo de riesgo: lo he pasado fatal. Me pusieron la vacuna el lunes por la tarde y esa noche ya empecé a encontrarme mal, con los mismos síntomas de un cuadro gripal pero sin fiebre: una congestión nasal (que empeoró la de la rinitis que ya tenía) que me impidió dormir unas 3 noches, dolor de cabeza, de garganta, malestar general, sensación de asfixia y de no poder respirar bien, cansancio, falta de apetito, algo de tos y afonía. Este efecto secundario es de baja incidencia (según el ginecólogo le pasa a un 1% de los que se vacunan) y los efectos duraron unos 4 días. De lo que no estoy tan segura es de que sea tan baja la incidencia de estos efectos secundarios, ya que casi todo el mundo con quien lo comento, tuvo la misma experiencia y no quieren saber nada de la dichosa vacuna.

En enero debo ponerme también la vacuna de la tos ferina, enfermedad que yo pasé en la infancia, pero en esta ocasión protege al recién nacido hasta que le pongan su vacuna de la tos ferina, enfermedad que en los últimos años ha registrado un aumento en neonatos. El tema de las vacunas es un tema bastante controvertido que merece una entrada aparte… mi opinión está basada en preguntar mucho a los médicos, leer e informarme antes de hacer nada.

Y los síntomas de esta semana:

• Sigo con energía y vitalidad aunque he empezado a sentir cansancio más temprano que otros días. La barriga va creciendo y esto de alguna manera afecta a todo: descanso, ejercicio, postura para estar sentada…
• La incontinencia urinaria va de igual a peor pero gracias a las compresas específicas, estoy tranquila. No me acuerdo de hacer los ejercicios de suelo pélvico con la frecuencia que me gustaría 😦
• Los dolores tipo tirón en la parte alta del pubis son frecuentes al final del día igual que se me pone la barriga muy dura a esas horas (también muchos días después de almorzar).
• El malestar estomacal, con sus náuseas, es frecuente sobre todo después de cenar.
• No me duele la espalda, pero empiezo a tener tirones tipo ciática en la pierna derecha. Cuando lo noto, salgo a caminar y parece que mejoro. También me sientan muy bien los estiramientos de yoga prenatal cuando puedo hacerlos, o sea, cuando me da tiempo 😦
• Empiezo a tener estreñimiento, voy al baño cada día pero hay ocasiones que necesito un esfuerzo extra. De las hemorroides no hablamos. De mi anterior embarazo me quedó una externa y ahora debo tener por lo menos 4. No me molestan durante el día, sólo en el momento de ir al baño.
• De carácter sigo bastante animada y positiva. Hoy hablaba con una amiga que en mi otro embarazo no tenía problemas graves y estaba siempre amargada y preocupada por cosas. No era el embarazo, era yo, inmadura y sin haber hecho el trabajo emocional que he hecho conmigo misma en los últimos años. En este embarazo tengo razones para estar amargada como entonces, y no lo estoy. Me encuentro fuerte, positiva ante algunas adversidades, con esperanza, serenidad e ilusión. He tenido algún berrinche con lagrimitas y todo, pero se me ha pasado enseguida.
• Lo del insomnio de la semana anterior fue puntual por suerte. A pesar de la cantidad de veces que me levanto al baño, sigo durmiendo como un tronco, aunque me muevo más que los precios 😉 ya que la misma postura me cansa.
• Los movimientos de la niña ya son perceptibles a veces desde el exterior que se nota cómo se me mueve la ropa. Tiene sus ciclos de actividad y descanso y a veces los golpes son tan fuertes y se perciben tan cerca, que algún «ay» se me escapa incluso en lugares públicos.

La próxima ecografía la tengo el día 2 de enero, ya en 2017 y a finales de ese mes espero tener su cuarto terminado y poder subir algunas fotos. Lo vamos a arreglar con bajo presupuesto pero con mucho cariño. Todos en casa estamos muy felices.

¿Y tú? ¿En qué semana estás? ¿Cómo lo llevas, me cuentas tu experiencia?

Muchas gracias por leer hasta aquí 🙂