Semana 28 de embarazo

Semana 28 de embarazo y sumando días

¡Hola! El martes fue mi último día de la semana 28 y mientras escribo estas líneas ya estoy en la semana 29. Estos días han ido más rápido de lo normal por la influencia de las fiestas navideñas, que convierten cada día en un corre-corre, a veces entretenido pero a veces también agotador.

maternidad

En los 4 primeros meses de este embarazo, donde lo pasé francamente mal con los síntomas típicos, no pasaban las horas, ni los minutos, ni los segundos… El tiempo parecía que se había detenido en mi contra y lo peor de todo era no saber hasta cuándo estaría así. Pero por suerte una vez pasado el cuarto mes, de manera paulatina empecé a encontrarme mejor y en estos momentos, a pesar de que ya empiezan las incomodidades típicas del último trimestre, junto a otros síntomas que han aparecido, me encuentro bien si lo comparamos con los 4 primeros meses.

Hemos dejado todo lo del cuarto de la niña, la compra de la sillita de paseo y el bolso para el hospital, para después de las fiestas, entre enero y febrero, que ya estaré de 7 meses. A veces me da un poco de agobio pensando que estoy dejando todo demasiado para el final, pero es un agobio puntual que echo fuera de mi cabeza rápidamente con pensamientos más positivos y confiados hacia el futuro 😉 (NO al «exceso de futuro», no merece la pena; es mejor vivir en el presente siempre).

Un nuevo síntoma que quiero consultar al ginecólogo la próxima semana, es un dolor punzante e intenso en una zona lateral intermedia del abdomen. Es como si la niña no estuviera ni en posición podálica ni cefálica, sino transversal. Y la verdad, me duele mucho. No es que esté asustada ni tampoco preocupada, de momento, pero sí me gustaría oír al médico decirme que todo está bien. Esto sucederá el próximo 2 de enero que tengo ecografía.

Los efectos de la vacuna de la gripe han desaparecido y la rinitis sigue ahí; por las noches hago muchísimo ruido al respirar, y ya no tomo el antihistamínico, porque no noté gran cosa cuando lo tomé, así que prefiero seguir con los lavados nasales y «aguantarme».

En cuanto al resto de síntomas:

  • Empiezo a notar un poco de cansancio cuando tengo un día muy ajetreado. Lo cierto es que salvo en que no salgo a correr por razones obvias, el resto de mis rutinas se mantiene prácticamente igual. Desde las 6.30 que me levanto hasta las 23 que me acuesto, no paro…
  • Lo del pis empiezo a llevarlo mal. Es incompatible lo bueno y necesario de beber agua, hábito que tenía de antes, con salir a la calle a hacer cualquier recado… Aunque vacíe la vejiga antes de salir de casa, cuando estoy llegando a cualquier sitio, ya estoy que no puedo aguantarme más y tengo que ir pidiendo pasar al cuarto de baño en cualquier sitio. Me pongo francamente nerviosa cuando empiezo a notar que no me aguanto más y no hay un baño cerca 😦
  • Aparte de ese dolor que decía antes, siguen apareciendo dolores en la parte baja del abdomen sobre todo las tardes noches que me paso de la raya en cuanto a actividad. En este embarazo, sin embargo, no noto tener demasiadas contracciones de Braxton Hicks, aunque cuando se me pone la barriga dura (y esto me pasa desde el principio) por las tardes, se trata de una contracción de ensayo o de Braxton Hicks, recuerdo que en el otro embarazo eran muy intensas y molestas; sin embargo en este son casi imperceptibles.
  • El molestar estomacal igual. La cena me sienta fatal y tengo la sensación de náusea y vómito la mitad del día 😦
  • El estreñimiento a veces ataca, pero de momento es algo puntual, llevadero y de no más de un día.
  • De carácter no me creo ni yo lo tranquila y conciliadora que estoy a pesar de mi carácter y de los factores externos, que no sé si es experiencia, madurez o el embarazo, pero me gustaría saber si estaría igual de «zen» si no estuviera embarazada bajo los efectos de la hormona «blandita», la progesterona 😉
  • Sigo durmiendo como un tronco y ni rastro de pesadillas raras. Y eso que me levanto a hacer pis cantidad de veces. Me habré desvelado 4 noches en todo el embarazo, y la mitad por mala digestión de la cena.
  • La niña no para de moverse, y me hace daño por los lados, como decía antes, no veo la hora de la próxima ecografía para que me confirmen en qué posición está. Tiene unos ritmos de sueño y descanso bastante regulares.

Y esto es todo por hoy. Espero que disfrutes con mis textos, que te sean útiles y muchísimas gracias por leer hasta aquí. Comparte tu experiencia, me encantará leerla.

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