Bienestar emocional: la crisis existencial

O crisis de valores

¡Hola! Te preguntarás qué tiene que ver hablar de una crisis existencial en una web de maternidad… A lo largo de nuestra vida, casi todas las personas sufrimos una crisis existencial o de valores, más allá de los tópicos (la crisis de los 40 es un tópico que puede darse a los 40, antes o después). Realmente en la maternidad todo influye, ya que los niños están bien cuando nosotras, las madres, estamos bien con mayúsculas, como me gusta llamarlo a mí: sentirse BIEN.

paz

Esta entrada se me ocurrió el lunes día 10 cuando conocimos la noticia del fallecimiento del filósofo polaco Zygmunt Bauman. Sinceramente no lo conocía, ni su obra, ni su pensamiento ni que había recibido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación en 2010.

Hay disciplinas que estudian al ser humano y sus comportamientos desde un punto de vista colectivo, generacional y existencial: la sociología, la antropología y la filosofía. Estas tres disciplinas así como la psicología me interesan mucho y leo alguna que otra cosa de vez en cuando porque son esclarecedoras de nuestros comportamientos individuales, aunque no lo parezca, en nuestras sociedad actual.

Zygmunt Bauman era filósofo y acuñó el término «modernidad líquida»: cuando lo escuché por primera vez no entendía qué quería decir con ello, por lo que me documenté un poco y me quedé asombrada con su claridad mental, la veracidad de sus sentencias y lo aplicable de este término a algunas de las situaciones que he vivido.

El año 2016 no fue un año fácil. Fue un año muy difícil en lo personal y en lo profesional. Se puso a prueba todo mi ser, mis valores, mis principios… Viví una crisis existencial en la que me preguntaba de qué valía esforzarse tantísimo en algunas facetas de la vida si en ocasiones la vida no parece que premie este esfuerzo sino más bien premie a otros que no lo merecen, dejando mucho sufrimiento por el camino. Un profesional me dijo que cuando uno se enfrenta a una crisis existencial o de valores, sólo tiene dos opciones: cambiar de valores o reafirmarse en ellos. Y yo elegí reafirmar mis valores, porque creo que son buenos valores. Y es un proceso lento y difícil hasta que vuelves a confiar en ti mismo y en lo que has construido dentro de ti.

Es aquí donde Zygmunt Bauman ha sido tan revelador para mí. Después de leer algo de su biografía y corriente de pensamiento, entendí lo que quería decir con «modernidad líquida» o «pensamiento líquido»: aquí debemos entender líquido por lo contrario de sólido… no hace falta decir nada más ¿verdad? Para este gran pensador y filósofo, las personas de hoy en día convierten su identidad en algo flexible y versátil, buscando la felicidad donde el exceso de los bienes de consumo nunca son suficientes. No hay principios sólidos, ni valores sólidos, ni pensamiento sólido y ha desaparecido la era del compromiso mutuo. No es posible definir mejor la superficialidad de muchas relaciones personales y profesionales actuales, de la falta de ética, de moral, de principios, de lealtad… parece que estos valores ya no están de moda.

En mi propia crisis existencial, sin saberlo, estaba presente la modernidad líquida, y no se me hubiera ocurrido un término mejor para definirlo: líquido, lo contrario de sólido.

Aquí te dejo un fantástico artículo de un periódico nacional donde habla de las mejores 9 frases de Zygmunt Bauman y te transcribo algunas de ellas con mis comentarios:

  1. «Ha sido una catástrofe arrastrar la clase media al precariado. El conflicto ya no es entre clases, sino de cada uno con la sociedad”: la clase proletaria de antes es la clase precaria de hoy, con una diferencia, y es que la clase precaria no tiene conciencia de clase… y ésto le viene genial a los ricos, poderosos, poderes fácticos y gobiernos en general.
  2. «Las desigualdades siempre han existido, pero desde hace varios siglos se cree que la educación podía restablecer la igualdad de oportunidades. Ahora, el 51% de los jóvenes titulados universitarios están en el paro y los que tienen trabajo, tienen un empleo muy por debajo de sus cualificaciones. Los grandes cambios de la historia nunca llegaron de los pobres de solemnidad, sino de la frustración de gentes con grandes expectativas que nunca llegaron»: qué difícil como padres resulta inculcar a nuestros hijos valores como el esfuerzo y el estudio, cuando en la televisión con demasiada frecuencia los ejemplos son personajes que nada tiene que ver con los valores y principios sólidos que les queremos transmitir.
  3. «Hemos olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho. Lo que se consume, lo que se compra “son solo sedantes morales que tranquilizan tus escrúpulos éticos”: lo peor es que si entras en esta dinámica de ser feliz por lo que consumes, nunca tienes suficiente. Yo apuesto por la cultura del «ser» más que la del «hacer» y «tener».
  4. «Las redes sociales son una trampa»: me gustaría muchísimo que mis hijas accedan a ellas lo más tarde posible y que las usen lo menos posible.
  5. “Todo es más fácil en la vida virtual, pero hemos perdido el arte de las relaciones sociales y la amistad”: donde además sólo te relacionas con personas similares a ti y pierdes una facultad tan importante como es defender tus ideas pacíficamente desde el diálogo enriquecedor con el igual y con el diferente.

Para mí ha sido un descubrimiento su línea de pensamiento. En el proceso largo de reafirmar mis valores tras una crisis existencial, ha sido muy esclarecedor y tranquilizador conocer y leer a este gran pensador.

Espero haberte acercado un poco más a la filosofía, sociología y antropología, simplemente para conocer que nuestros actos individuales a veces se explican por estas disciplinas a las que no hacemos mucho caso, pero que son muy importantes para que el ser humano no caiga en la involución, sino que sigamos evolucionando pero hacia un mundo más justo y noble.

Gracias por leer hasta aquí, espero tus comentarios 🙂

2 comentarios sobre “Bienestar emocional: la crisis existencial

  1. Me ha encantado esta reflexión. Y el término y el concepto explicado de ¡»modernidad líquida» me ha dejado con la boca abierta! Es un aliciente para seguir en la batalla, para las personas que no nos conformamos con dejarnos llevar por la corriente.

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