El ciclo anímico
¡Hola! El estado anímico de las mujeres fluctúa constantemente debido al ciclo menstrual por el efecto de las hormonas que lo ponen en marcha y lo regulan. Nuestro ciclo menstrual pasa por 4 fases cuya duración depende de cada mujer y las fronteras entre una fase y otra son muy borrosas y cada una debe observarse para saber en qué fase del ciclo está en cada momento. En líneas generales, para un ciclo de 28 días, sigue este patrón:
- Fase menstrual: del día 1 al 5 del ciclo, estrógenos y progesterona están bajitos y más o menos al mismo nivel, pero al finalizar esta fase comienzan a aumentar los estrógenos.
- Fase preovulatoria: del día 6 al 10 del ciclo, los estrógenos aumentan rápidamente para favorecer la ovulación.
- Fase ovulatoria: del día 10 al 15 del ciclo, los estrógenos alcanzan su punto más alto y la progesterona comienza a ascender.
- Fase lútea: del día 16 al 28 del ciclo, los estrógenos comienzan a descender y la progesterona aumenta y se mantiene, hasta que vuelve a bajar en la fase menstrual.
Normalmente y en líneas muy generales que no siempre se cumplen, en la fase menstrual nos sentimos cansadas, en la fase preovulatoria nos queremos comer en el mundo, en la fase ovulatoria nos sentimos muy contentas con nosotras mismas y en la fase lútea o premenstrual vamos pasando de una tranquilidad al inicio de la fase hacia un estado tristón los días previos a la fase menstrual.
El SPM (síndrome premenstrual) es un conjunto de síntomas variables que padecen muchas mujeres los días previos a la regla. Pero en ocasiones, ese SPM es severo y también es conocido por TPDM (trastorno disfórico premenstrual). Hace sentir a la mujer que lo padece que hay días del ciclo en los que no se reconoce: cansancio extremo, irritabilidad extrema, depresión, ansiedad… Son muchos los síntomas pero la característica principal es que afectan al desempeño de la vida personal, profesional y familiar, así como que sabiendo cuál es su origen (la fase del ciclo en la que se encuentra) no puede o le cuesta mucho dominar esos estados de ánimo tan extremos.
El problema en su diagnóstico es que a veces se confunde con depresiones mayores, trastornos bipolares o de ansiedad generalizada por tener síntomas similares. Las mujeres que padecen únicamente TPDM necesitan abordar el problema de una manera. Las mujeres que padecen, por ejemplo, un trastorno de ansiedad que empeora en algunos días del ciclo, necesitan abordar el problema de otra. Por eso es necesario que durante al menos 3 meses, se lleve un diario de síntomas para comprobar si lo nuestro es TPDM únicamente o si padecemos otra cosa que empeora unos días determinados. Se puede llevar el diario en el ordenador, en una libreta o en alguna aplicación móvil gratuita como Woman Log.
Mi experiencia personal en cuanto a lo que he aprendido del TPDM estos años y sobre los ciclos hormonales femeninos por cuanto me ha sucedido a mí es la siguiente: cuando era muy joven tenía reglas irregulares y abundantes por lo que tomé durante muchos años píldora anticonceptiva y estoy segura de que esto influyó en mis procesos hormonales posteriores, para peor, sin duda. Durante muchos años, cuando no me iba bien en lo profesional o en lo personal, alternaba etapas de encontrarme bien con otras en las que estaba o profundamente ansiosa o profundamente deprimida, y cuánto más leía sobre ansiedad y depresión más confundida estaba porque se supone que los síntomas de ambas dolencias debían ser continuados en el tiempo y en mi caso no era así. Fui diagnosticada y medicada (con paroxetina y escitalopram) por depresión y trastorno de ansiedad generalizada por periodos más o menos largos durante años pero algo me decía que el problema no estaba ahí.
Fui cambiando paulatinamente de hábitos: empecé a comer mejor aumentando sobre todo los alimentos crudos, a descansar más, a hacer más ejercicio, a cuidar mis pensamientos y a trabajar mi interior con ayuda profesional y fuerza de voluntad y en el momento preciso descubrí que lo que me pasaba desde hacía años tenía nombre: TPDM. Eso y poder hablar con mujeres que se sentían igual fue mi salvación, saber que no era la única y que esta condición está recogida en los manuales médicos me ayudó mucho para aceptarlo y cambiarlo. Antes de quedarme embarazada ya llevaba años sin tomar medicación de ningún tipo (salvo algunos suplementos naturales que me sientan muy bien) y mis días «malos» se habían reducido a un par de días de mucho nerviosismo en la fase ovulatoria. Sabiéndolo, todo era más fácil a pesar de que son unos días en los que se magnifica negativamente cualquier situación. Y hablarlo en mi hogar y advertir de la llegada de esos días también ha sido determinante para la convivencia familiar.
Pues bien, con el tiempo me he dado cuenta de una cosa, en mi caso particular lo que me afecta no es el si una hormona está alta o baja, lo que me afecta son las variaciones, los cambios hormonales. Lo pude corroborar cuando pasé por un tratamiento de fecundación in vitro, en el cual casi todas las mujeres se ponen irritables porque aumentan los estrógenos a valores antinaturales. Sin embargo, yo no noté nada en mi ánimo porque ese aumento fue paulatino, de menos a más y mi organismo se iba adaptando. Sin embargo, cuando habían pasado 4 días de la transferencia embrionaria, mi humor cambió de buenas a primeras, ahí supe que había perdido el embrión porque el cambio hormonal brusco que se tuvo que producir al perderlo produjo un cambio de mi estado de ánimo que pareció venir de la nada, abrupto e inesperado.
En el embarazo la progesterona, la hormona «blandita» que nos hace sentir muy bien, está alta y se supone que esto previene a las embarazadas de ansiedad y depresión. Anímicamente en mis entradas de semana a semana del embarazo voy contando que anímicamente me encuentro bien, tranquila y serena pero he detectado que tengo ciclos. Me enfado poco y apenas cojo nervios ni berrinches pero cuando los cojo me da la sensación de que siguen un patrón, como si los ciclos de 28 días siguieran presentes en mi interior. He llegado a esta conclusión porque, no sé si será casualidad, pero más o menos cada 4 semanas es cuando de repente me siento irritable sin saber por qué hasta que se me pasa al cabo de un par de días.
Ya sufras de SPM o TPDM, desde aquí te animo a que te observes llevando un diario si es necesario. Luego te animo a que te cuides por dentro y por fuera, que respetes tus tiempos de descanso y que hagas hasta donde llegues. Te animo a que no intentes complacer a los demás antes que a ti misma porque esa insatisfacción luego te pasará factura. Te animo también a que hables con otras mujeres abiertamente y te darás cuenta de que muchas más de las que crees se sienten igual que tú determinados días al mes.
Aquí te dejo un enlace de un libro que a mí me ayudo a comprender nuestro funcionamiento interno. Puedo decir que estoy agradecida de padecer SPM severo porque me obligó a cuidarme más y a sanar algunas heridas de mi interior haciendo un gran trabajo personal que quizás de otra manera no hubiera hecho.
Gracias por leer hasta aquí 🙂 Espero que te haya sido útil y por favor, comparte, para que llegue a muchas mujeres.