Cosas de las que me arrepiento

Me voy a confesar…

¡Hola! No tenía pensado hacer entrada hoy pero llevo unos días pensando en lo siguiente: se supone, nos han hecho creer que el embarazo es o debe ser un momento idílico en la vida de una mujer. Pero ¿realmente lo es? ¿tenemos obligación de sentirlo así? ¿o las cosas vienen como vienen y no siempre vienen de la mejor manera? Empecé a pensar en esto porque leí una nota de una amiga mía en Facebook con relación a las cosas de las que se arrepentía de no haber hecho en los últimos tiempos y después de años luchando contra el cáncer, ya no quiere arrepentirse de nada más: ni de comer ese último trozo de pizza, ni de viajar porque no estamos para gastos…

mujer pensando

Y entonces pensé ¿y yo? ¿de qué me arrepiento de no haber hecho en este embarazo? Vamos por partes…

¿Ha sido idílico? No, no lo ha sido en absoluto. Físicamente los 4 primeros meses me encontraba muy mal y hacer la vida diaria como ir a trabajar, ocuparme de mi hija de 11 años, ir al súper, poner la lavadora o hacer la comida, todo ello me resultaba muy difícil, pero lo hacía. Emocionalmente, en esos mismos meses, me encontraba temerosa de que no saliera bien (por mi edad, por los riesgos, por el estrés…) y estaba más pendiente de cualquier mala señal que de disfrutar.

A partir del mes de noviembre, más o menos, físicamente empecé a encontrarme mejor y pude afrontar la vida diaria con más energía y vitalidad. Esto obviamente se trasladó a la parte emocional: me encontraba más optimista y confiada. Además, mi compañero de vida me facilita mucho las cosas con gestos tan sencillos como abrazarme mucho, arroparme y no perder nunca ni la alegría ni la confianza ni el optimismo: con él a mi lado es muy difícil que un disgusto me dure más de dos días.

Sin embargo, hay dos cosas que han empañado un poco este embarazo:

  • Tengo una «frágil salud de hierro»: quiero decir que soy una persona bastante fuerte físicamente y que es raro que me ponga enferma pero en 2016 pasé por un proceso personal y profesional muy duro que debilitó mi salud hasta el punto de tener síntomas de patologías de tipo autoinmune, que no han terminado de desarrollarse del todo pero ahí están. No preciso medicación por el momento, pero debo cuidarme y llevar controles periódicos.
  • Desde 2016 estoy viviendo una situación profesional muy complicada, que se resolverá después de la baja de maternidad si todo va bien. Se trata de una situación marcada por las elecciones que yo debo hacer y que ya tengo claras.

Ante estas dos situaciones, mi médico me obligó a coger la baja médica porque veía demasiados riesgos con tantos antecedentes (problemas de salud, estrés, mi edad…). Fue muy duro enfrentarme a no ir a trabajar (adoro mi trabajo) así que elegí no quedarme ociosa porque eso no me sienta bien.

Lo primero que hice fue dejar en el comedor escolar a mi hija sólo los martes y los jueves, con lo que las mañanas y las tardes de los lunes, miércoles y viernes se convirtieron en una locura de idas y venidas en coche. Lo hice para ahorrar en el recibo del comedor, pero realmente gasté mucho más de gasolina, de tiempo, de prisas… aunque gané estar más tiempo con mi hija, verla a la hora de comer, saber que estaba  comiendo sano en su casa, con su madre, y charlando con ella en el coche.

Lo segundo que hice fue abrir esta web, un reto personal, un hobbie y una manera de dar salida a todas mis emociones con la única intención de compartir y ayudar. Hago una o dos entradas a la semana, me documento bien, procuro que mis fotos sean bonitas y de calidad y lo hago todo con mucho cariño.

Lo tercero que hice fue matricularme en un curso superior que requería una dedicación total para cumplir el calendario de exámenes y presentación de casos prácticos. Pero resulta que el curso venía a terminar en mi fecha probable de parto, así que corrí, corrí y corrí y le gané un par de meses al calendario. Hace una semana presenté el último caso práctico y ahora tengo que esperar al 10 de abril para conocer si he superado el curso o no.

Y entonces ¿de qué me arrepiento? Pues de muchas cosas, todas ellas marcadas por la falta de tiempo debido a las elecciones anteriores:

  • Siendo la primera vez que estoy de baja en casi 20 años de trabajo, no he sabido aprovechar el tiempo a mi favor: no he ido a pasear diariamente a la orilla del mar (que lo tengo al lado), ni he descansado lo suficiente, ni me he proporcionado todos los cuidados que mi situación merece. Parece que me siento cómoda en la actividad e incómoda en el descanso, y esto es algo que debería modificar en el futuro aunque sea un poco. Es mi manera de ser, sí, pero creo que la llevo al extremo.
  • No he salido a pasear con el perro todos los días como quería. Cuando dejaba a mi hija en el colegio, tenía prisa por sentarme al ordenador y estudiar, o hacer alguna receta y fotografiarla o escribir una entrada. De estas 3 cosas no me arrepiento pero sí de no haberlas hecho después de pasar media hora de paseo con mi perro como quería. Le fallé muchos días y me arrepiento.
  • De los disgustos-enojos-discusiones: en todo el embarazo creo que he tenido 4 cabreos importantes, con sus nervios en el estómago y noches sin dormir. Cuando han pasado, me he sentido muy culpable de haber sentido esos nervios, ese enfado, esa ira. Me he sentido culpable por las consecuencias en el bebé y por el miedo que me ha invadido después.
  • De no haber sido nada constante con los ejercicios de Kegel y con el yoga prenatal.
  • Cuando supe que estaba embarazada, sabía que seguiría (como hice con mi hija) una crianza lo más natural posible, con lactancia materna, mucho amor y besos. Pero quería comenzar desde el embarazo, practicando la meditación centrándome en el bebé, conectando con ella, disfrutando del momento… No he hecho nada al respecto. No he podido, no he sabido, no he querido… no lo sé. Lo único que sé es que he dejado a un lado mis deseos para centrarme en mis obligaciones. Al margen de que teniendo niños en casa todo es mucho más difícil en cuanto a sacar tiempo para una misma.
  • Hubo un momento hace unas semanas, cuando no tenía el cuarto montado, ni la silla de paseo comprada, ni el curso terminado… que entré en pánico y perdí los nervios en casa y discutí mucho con mi marido, buscando culpables… Al final, estoy en la semana 37, el embarazo sigue adelante bien y ya está casi todo listo. Como él insistía, «todo va a salir en plazo, tú tranquila y si no sale, lo termino yo». Pero el agobio no me lo quitó nadie.

La diferencia entre esta persona que te escribe hoy y la persona de hace unos años es que aunque me arrepiento de estas cosas (y seguro que de alguna más que ahora no recuerdo), es que ahora no me castigo a mí misma ni me trato mal por no haber hecho las cosas «bien». Reconozco mis errores, me siento triste por ellos pero al mismo tiempo me digo que he hecho lo que he podido y que todavía me quedan unas pocas semanas para dedicarme a mí misma con algo más de cariño.

Gracias por leer hasta aquí 🙂 Espero tus comentarios y consejos. Nos vemos la próxima semana que estaré ya entrando en la semana 38…

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