Vida sostenible, crianza sostenible – III

Cosmética sostenible

¡Hola! Vamos por la tercera parte de la serie «Vida sostenible, crianza sostenible» donde trataremos de la manera más breve posible, pero completa, el extenso tema de la cosmética actual. Es un poco largo, busca un buen momento para leerlo 😉

Al final de la publicación insertaré los enlaces de todo lo expuesto por si deseas ampliar información.

brotes verdes

Un poco de teoría

Como sucede con la producción industrial mundial de ropa, que está en manos de unos cuantos grupos multinacionales de empresas, con la cosmética pasa lo mismo. Para hacernos una idea… el sector factura anualmente unos 204.000 millones de dólares en todo el mundo. Aproximadamente el 50% de esas ventas está en manos de 8 grupos multinacionales (datos de 2014).

Los productos de cosmética más naturales, más ecológicos, más sostenibles y respetuosos no sólo con el Medio Ambiente, sino con los animales («cruelty free») y con nosotros (por reducción de sustancias químicas innecesarias y perjudiciales para la salud) están en aumento gracias a la mayor conciencia del consumidor. Así, los mayores desafíos a los que se enfrenta el mundo de la cosmética convencional actual son los siguientes:

  • Que sea natural y orgánica, pero de verdad, no escondida tras certificados que legitiman productos sospechosos como naturales.
  • Creación de un certificado verde al que las empresas de cosmética se puedan suscribir.
  • Productos con etiquetas con «producto libre de», donde podemos incluir muchas sustancias químicas perjudiciales para el Medio Ambiente pero también para nuestra salud.
  • Búsqueda de nuevos ingredientes sostenibles.
  • Medidas sostenibles tanto en el proceso productivo como en el uso de ingredientes naturales, predominando en la composición de cada producto los ingredientes más naturales y menos perjudiciales.
  • Embalajes sostenibles fabricados con materiales reciclados y/o de fácil reciclaje y que en su fabricación se haya utilizado energía proveniente de fuentes renovables. Una menor huella de carbono también debe estar presente en la fabricación de estos productos.

Se estima que existen unos 150.000 componentes químicos de los cuales 8.000 son empleados en productos cosméticos. Estas sustancias son utilizadas porque son muy baratas pero no están exentas de riesgo para nuestra salud: en muchos casos son bioacumulables (con el uso continuado se van acumulando en nuestro organismo) y/o se convierten en disruptores endocrinos, es decir, se comportan como hormonas despistando a glándulas como el tiroides, órganos como el hígado y, cuando no, acaban por el torrente sanguíneo. Estas dos circunstancias (bioacumulación y disruptores endocrinos) se sospecha que son la causa de enfermedades autoinmune, cáncer, algunas alergias, etc.

Es muy importante leer la etiqueta de composición de los productos cosméticos:  los ingredientes están ordenados de mayor a menor según sea su mayor o menor presencia en la composición total. Es lo que se llama INCI («International Nomenclature Cosmetic Ingredient»). El INCI puede estar repleto de sustancias bioacumulables y/o disruptores endocrinos que nuestro organismo es incapaz de metabolizar.

Se estima que las mujeres utilizan el doble de productos de cosmética diariamente que los hombres, acumulando en su organismo hasta 16o ingredientes diferentes y perjudiciales… y ello podría explicar la mayor incidencia de desarreglos hormonales y enfermedades de tipo autoinmune en la mujer actual, entre otras dolencias típicamente femeninas… Pero ahí no acaba la cosa… seguro que no has caído en el problema que causan al medio marino y a las aguas fluviales la utilización de microesferas de plástico: exfoliantes, pastas de dientes, detergentes… tienen unas diminutas esferas de plástico para dar textura o carácter exfoliante a los productos. Estos microplásticos terminan en mares y ríos, pues debido a su tamaño pasan por las mallas de las depuradoras sin dificultad; se calcula que anualmente llegan unas 8.627 toneladas de estos microplásticos a los medios marinos y fluviales, son ingeridos por los peces y empiezan a estar presentes en la cadena alimentaria… Y hay alternativas, como las semillas y cáscaras trituradas… Por suerte, desde la publicación por parte de Greenpeace del informe sobre el uso de microplásticos en la cosmética, cuatro grupos multinacionales se han interesado por eliminar este componente de sus productos.

Los ingredientes más peligrosos

Hay muchos componentes químicos e ingredientes potencialmente peligrosos para nuestra salud. Pero… sin son tan peligrosos ¿por qué se permiten? La respuesta es la siguiente: los estudios de toxicidad de estas sustancias químicas sobre los efectos en nuestra salud se hacen por la dosis recomendada por aplicación. Es decir, se estudia la cantidad de sustancia en nuestro organismo por aplicación del producto una vez en nuestra piel y no se observan efectos perjudiciales. Pero en ningún caso se estudia de manera objetiva el efecto acumulativo de utilizar todos los días durante años la aplicación de un producto… Es cierto que es bastante difícil de medir, pero con un poco de compromiso se podrían hacer estudios sobre la base de medias y estadísticas. Si Greenpeace puede, ¿por qué no los gobiernos de turno? …

Estos son los ingredientes más peligrosos, que además son de los más utilizados y que debes evitar, o al menos, reducir su uso:

  • Aluminium_Aluminio: en desodorantes.
  • Aceites minerales derivados del petróleo: parafinas (parafinum liquidum) y petrolatum, en labiales tipo cacao.
  • Triclosan: en jabones y dentífricos.
  • “ –paraben”: parabenos o siliconas, en cremas.
  • Phthalates_ftalatos: laca de uñas y pintalabios.
  • Sodium Laureth Sulfate: champús, jabones, geles y en todo aquello que espuma como la pasta de dientes.
  • Sodium Lauryl Sulfate:  champús, jabones, geles y en todo aquello que espuma como la pasta de dientes.
  • Nanopartículas_nano: protectores solares
  • Parfum: tras este ingrediente “Parfum (Fragance)” se incluyen más de 3.000 compuestos distintos, que suelen ser muy alergénicos.

Y ante esto, ¿yo qué puedo hacer?

Nuestro objetivo es reducir la exposición de nuestro organismo a estos productos tan perjudiciales. Es un proceso lento en el tiempo, no te desanimes. Si eres constante y llevas un plan de reducción, eliminación y/o sustitución de tus productos de cosmética, en un tiempo conseguirás tu objetivo. Con tu elección, además, poco a poco harás que las empresas de cosmética vayan aceptando los desafíos que les propone la sociedad de consumo de fabricar productos más naturales, orgánicos, sostenibles y saludables.

Este es nuestro plan 🙂 :

  • Lo primero es reducir el número de productos que utilizamos en nuestro cuarto de baño. Es buena idea que todos los adultos usen los mismos productos cuando sea posible (gel de baño, pasta de dientes, etc.) y que los niños pequeños usen otros. Con el tiempo, a medida que los niños vayan creciendo, todos podremos usar los mismos productos. Para hacer un plan de reducción del número de productos, te puedes ayudar de una lista o de una tabla, agrupando los productos por categorías según tus preferencias y necesidades (cuerpo, pelo, faciales, dientes, etc.) y quedándote sólo con lo necesario. Te comparto una parte de mi propia tabla:

tabla

  • Comprar los productos de las empresas que más comprometidas estén con la reducción de microplásticos, con la no experimentación en animales, con la no utilización de los ingredientes más peligrosos, que utilicen fuentes de energía renovables en su proceso productivo y sus embalajes y envases sean fácilmente reciclables.
  • Reducir la frecuencia de uso cuando sea posible. Por ejemplo, cuando nos lavemos el pelo, utilizar suavizante (o mascarilla) sólo una vez a la semana.
  • No utilizar productos con microesferas de plástico.

Los productos más peligrosos. Cómo sustituírlos o reducir su uso

Cualquier cosmético que lleve algunos de los ingredientes tóxicos, peligrosos, bioacumulables y disruptores endocrinos, son perjudiciales para nuestra salud, independientemente de si son abosrbidos por la piel (una crema) o arrastrados por el agua (un jabón), sin embargo hay algunos que se llevan la palma en cuanto a toxicidad:

  • Protectores solares químicos: mira la etiqueta y encontrarás algunos componentes seguidos de la palabra «nano». Significa que son partículas muy pequeñas pero que no se disuelven en nuestro organismo. Son bioacumulables, al hígado le cuesta metabolizarlas y quedan dispersas en el torrente sanguíneo. El mejor protector solar debe ser de filtro físico, de óxido de zinc sin nanopartículas. Al final de la publicación encontrarás un enlace con el protector solar que yo compro y un excelente artículo de cómo escoger el mejor protector solar. [Un médico me dijo hace tiempo que el mejor protector solar era un bronceado muy paulatinamente adquirido en las primeras y últimas horas del día, pero entiendo que esto es difícil de conseguir cuando nos lanzamos de vacaciones con el tiempo justo. Además, he intentado recabar información médica al respecto y no la he encontrado, porque entiendo que si se interpreta mal se podrían disparar los casos de cáncer de piel siguiendo «el médico me dijo». Mejor usemos la cabeza: un buen protector solar, gorra, sombra y no estemos al sol entre las 12 y las 5 de la tarde].
  • Pasta de dientes: por la frecuencia de uso (hasta 3 veces al día) y por el riesgo de ingestión y/o absorción por las mucosas, la pasta de dientes debe estar libre de microesferas de plástico y sulfatos (como Sodium Laureth Sulfate y Sodium Lauryl Sulfate) y debe ser de muy bajo contenido en flúor. Esto es especialmente importante en los niños… el flúor es bioacumulable y los efectos en la salud de la fluorosis son terribles. En contra de lo que se piensa, la pasta de dientes altamente fluorada no es segura. El margen entre cantidad mínima beneficiosa de flúor y cantidad mínima dañia es muy estrecho.
  • Desodorante: la zona de aplicación de los desodorantes, en la axila, es una zona muy cercana a los nódulos grasos de las mamas y a los ganglios linfáticos de la axila. Es muy poco recomendable usar antitranspirantes con aluminio. El desodorante que elijamos no debe contener aluminio, ni parabenos ni alcoholes. Es un producto que en los herbolarios no es caro y es de los primeros productos que yo cambié. Y he reducido su uso: en verano todos los días 🙂 pero en invierno, cuando sé que no voy a hacer mucho ejercicio físico, no me pongo y mantengo la zona limpia con agua y jabón.
  • Labiales y vaselinas: ¡nos los comemos! por no mencionar el alto contenido en ftalatos para fijar los pigmentos y/o derivados del petróleo. Lo mejor es utilizar labiales de manteca de karité o de cacao, con poco color y dejar los otros para ocasiones especiales.
  • Cremas hidratantes corporales: se absorben rápidamente por la piel, las utilizamos en grandes superficies de nuestro cuerpo y diariamente… sin darnos cuentas nos estamos saturando de siliconas, fragancias… Mi alternativa es utilizar aceite orgánico de jojoba (o de almendras, de rosa mosqueta… hay muchas donde elegir) después de la ducha, con la piel húmeda y luego secarme bien con la toalla. También utilizo este aceite para las puntas de mi pelo una vez a la semana en lugar de utilizar sérums con siliconas que lo único que hacen es recubrir nuestro pelo de silicona líquida.
  • Cremas faciales: por las mismas razones que para los protectores solares, las cremas de día con factor de protección solar conviene elegirlas siguiendo las mismas recomendaciones que para los protectores solares. Cuando me maquillo, me retiro el maquillaje con aceite de jojoba y luego me lavo la cara con una solución sin jabón. Por la noche he sustituido la crema de noche por unas gotas de aceite de rosa mosqueta.
  • Maquillaje y laca de uñas: no me pinto las uñas, simplemente aplico una gotita de aceite de almendras de vez en cuando para que se vean sanas después de usar un pulidor. No me maquillo demasiado salvo para ocasiones especiales. Para diario intento utilizar poco los maquillajes en crema que se absorben por la piel (base, hidratante con color…). En su lugar, corrijo imperfecciones con un poco de corrector y luego aplico el colorete.
  • Compresas, salvaslips y tampones: las compresas y salvaslips convencionales llevan perfumes que son perjudiciales para estar en contacto con la zona íntima que además no transpira debido al material plástico con el que están hechos. Los tampones presentan el riesgo de los restos de plaguicidas y otros productos fitosanitarios con que se haya tratado el cultivo del algodón junto a los residuos de los productos para su blanqueamiento (normalmente cloro). La alternativa más saludable, económica y sostenible que he encontrado es utilizar salvaslips de algodón ecológico (en herbolarios) y la copa menstrual (en herbolarios y farmacias). Mi copa menstrual tiene 5 años y está como nueva, pues está fabricada de un material hospitalario muy resistente y totalmente neutro para nuestro organismo. Los salvaslips de algodón ecológico son un poco más caros que los convencionales, pero tampoco tanto y además se compensa con el ahorro en compresas gracias a la copa menstrual. La zona íntima no debe lavarse con jabones agresivos porque su delicada flora bacteriana es la que hace la función de auto limpieza. Yo utilizo una solución limpiadora sin jabón, la misma que uso para la cara.

dos últimos apuntes

  • Parece que cambiar de productos de cosmética es una quimera inalcanzable. No lo es. Lo primero es hacer la tabla y decidir con qué productos nos quedamos como imprescindibles intentando unificar productos para toda la familia. Los vamos sustituyendo a medida que se van acabando.
  • Parece también que son más caros. Desde un punto de vista absoluto, lo son. Pero no desde un punto de vista relativo. La razón por la que necesitamos suavizante para el pelo y crema hidratante para el cuerpo es debido a la sequedad extrema que producen los sulfatos de geles, jabones y champús debido sobre todo a estos dos ingredientes que además de resecar, porque arrastran con todo, son muy peligrosos: Sodium Laureth Sulfate y Sodium Lauryl Sulfate. Desde que cambies tus jabones, geles y champús por otros sin estos componentes, ni tu piel ni tu pelo se resecarán tanto y no tendrás necesidad de usar tanto suavizante para el pelo ni tanta crema hidratante corporal.

Muchas gracias por leer hasta aquí. Espero que te haya sido útil esta publicación. Por el bien del Medio Ambiente me encantaría que la difundieras. En nuestras manos está, como consumidores, hacer que las cosas cambien con nuestras elecciones, ya sea paso a paso, o de golpe, cualquier cosita que hagas, el Medio Ambiente te lo agradecerá. Espero tus comentarios, truquitos y consejos para el uso de una cosmética más saludable y sostenible.

Aquí te dejo los enlaces de interés:

 

 

8 comentarios sobre “Vida sostenible, crianza sostenible – III

  1. Wow! Qué post más completo! Te felicito. He trabajado durante diez años en una empresa de productos ecológicos y cuando los fabricantes de productos cosméticos nos hablaron de esto por primera vez no daba crédito al conocer la cantidad de ingredientes nocivos que llevan los productos que se comercializan. Es muy importante conocer esto para elegir bien los productos que utilizamos.

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