Movimiento libre para bebés_2

Nuestra experiencia dejándola “libre”

Como decía al principio, no tenía ni idea de que lo que hemos ido haciendo, simplemente adaptarnos a su crecimiento sin comprar cosas innecesarias (en ocasiones también porque por la falta de tiempo “no nos quedado otra” que hacerlo así) tiene un nombre o más bien, responde a una línea de pensamiento: la del movimiento libre de los bebés.

mi bebé 12 meses

ejercicio físico y desarrollo cognitivo

Hace poco leí un libro de un neurólogo americano sobre el mal que hace al ser humano (intolerante, alérgico o no) la proteína del trigo y otros cereales: el gluten. Uno de sus capítulos lo dedica a describir cómo el ejercicio físico está directamente relacionado con el desarrollo cognitivo. No se trata de ver el desarrollo cognitivo como mayor inteligencia, sino como mayor protección frente a enfermedades neurológicas como Alzheimer, Parkinson… Para mantener el cerebro en forma, afirma, no hace falta hacer crucigramas sino caminar mucho. Por dos motivos: el primero, porque hacer ejercicio nos hace sentir bien, se liberan hormonas muy beneficiosas que favorecen el descanso pero también la regeneración neuronal (hasta hace poco se creía que esto no era posible, que no se pueden crear nuevas neuronas, pero es posible) y en segundo lugar, porque hacer ejercicio termina por tener un efecto de querer cuidar un poco más nuestro descanso, nuestras emociones, la alimentación… y todo ello contribuye a un mayor estado de salud general.

Estoy convencida de que mi pequeña (como todos los bebés si le damos oportunidad) es autónoma desde el día en que nació, con las limitaciones propias de cada momento. Cronológicamente, sin ánimo de crear ninguna angustia con los plazos -porque cada niño es un mundo con sus propios ritmos y para cada logro hay margen suficiente-, esto es lo que he ido observando en ella:

  • El día del nacimiento, colocada sobre mí, no llegaba bien al pezón y sentí cómo se acomodó hasta conseguirlo. Los bebés recién nacidos son capaces de reptar hasta el pezón de la madre. Sabía, como todos los bebés, como comunicarse: llorar.
  • Poco a poco fue reconociendo nuestras voces, abriendo un poco más los ojos e intentado subir la cabeza estando boca abajo. Hasta que a los pocos días de cumplir dos meses nos devolvió una sonrisa cuando le hacíamos una gracia. Llorar, pero también reír, son su medio de comunicación.
  • Alrededor de los cuatro meses, cuando la cambiábamos de pañal, empezó a intentar voltearse apoyando un talón y haciendo fuerza al mismo tiempo que intentaba impulsarse con la barbilla apoyada hacia el mismo lado que ese talón. Hasta que lo consiguió J A partir de ahí la poníamos mucho en el centro de la cama para que lo hiciera cuanto quisiera y un buen día se giraba para un lado, para otro e incluso en cadena. Una vez adquirido y practicado el logro, sabiéndose capaz, deja de hacerlo por entretenimiento y se convierte en una habilidad más. Este fue un gran descubrimiento, las ganas de los bebés de conseguir una habilidad y una vez conseguida, es un recurso a su alcance. Si los dejamos un poco a su aire descubriremos que luchan por la autosuperación.
  • Más o menos con seis o siete meses, intenta gatear pero se escurre hacia atrás y se queda en el suelo como si estuviera nadando en seco. La animamos y felicitamos y se convierte en una posición cómoda para ella para que su hermana se siente en el suelo a jugar. Ella poco puede hacer pero le divierte mucho ver a su hermana a su altura haciéndole las gracias. Hasta que un día no se resbaló y gateó muy despacio, como un bebé elefante aprendiendo a caminar.
  • Con nueve meses empezaba a dominar el gateo y a disfrutar de poder desplazarse de manera autónoma. También comenzó a sentarse sola en su manta de juegos aunque todavía con inseguridad y sin la estabilidad necesaria.
  • Desde los doce meses fue intentando, hasta que lo consiguió, bajarse de la cama y del sofá dejándose caer con cuidado hasta que la punta de los pies tocaba el suelo. Comenzó a caminar de rodillas, como si fuera un penitente y a ponerse de pie agarrada a los muebles y bordearlos.
  • En la actualidad con quince meses y medio, se acaba de lanzar a caminar pero sin zapatos y sólo en casa. En otros ambientes no se atreve. Y en casa no vacila, fue lanzarse a andar y hacerlo con una seguridad. A la hora de comer pincha con el tenedor, come con la cuchara y bebe sola del vaso. Cuando se cansa de los cubiertos, come con las manos. Saca los brazos por las mangas de las camisetas y vestidos, y si la dejara intentaría vestirse sola.

Hemos comprobado que, quizás por la relación entre ejercicio físico y desarrollo cognitivo, dejarla a su aire, descalza o en calcetines y animarla a conseguir alguna habilidad incipiente, produce un efecto muy beneficioso en su desarrollo psicomotor. No me refiero en ningún caso a mi niña es la más lista, sino a su decisión en ser lo más autónoma posible y hacerlo, además con seguridad. Como ejemplo, cuando me siento en la cama para la toma nocturna de antes de dormir, como ha observado que siempre lo hago en el mismo lado de la cama y con algunos cojines para apoyar la espalda, cuando la pongo en la cama para terminar de hacer algo, observo como ella me coloca los cojines en el lado en el que me siento siempre con una actitud ufana, a lo que yo respondo con un gracias 🙂

No tenemos parque en casa, únicamente una manta de juegos que da aspecto de “recogido” al salón, cuando ponemos sus juguetes ahí encima hasta la hora de recogerlos por la noche. Hemos tomado la precaución de tapar enchufes; hemos puesto una puerta en la escalera y hemos protegido las esquinas de la mesa auxiliar. Las puertas correderas que dan a la terraza en la actualidad las tengo cerradas porque pretende jugar a abrirlas y cerrarlas y se puede pillar una mano, pero de cara al verano, que será imposible tenerlas cerradas, tengo que intentar que comprenda que no debe hacerlo.

En definitiva, los límites que tiene son sus propias posibilidades, el “no” de papá y mamá y lo razonable en cuanto a seguridad y protección dentro del hogar. Pero a partir de ahí estamos intentando que ella vaya descubriendo que cada día que pasa –es una forma de hablar- puede desarrollar una nueva habilidad y que la potencie. Intentamos que si muestra interés por hacer las cosas ella sola, ayudarla y acompañarla a que lo haga.

El suelo, es además, lo más seguro: de ahí no se caen. En nuestro caso, las veces que hemos tenido un percance ha sido por estar en el sofá o en la cama en lugar de en el suelo 😉

Te animo a que dejes a tu bebé libre por la casa, con los límites que el sentido común y la seguridad marcan, pero sin parques y sin demasiadas cortapisas. Los bebés son muy felices cuando pueden ayudar a sus papás y cuando pueden hacer solos sus cosas. Si fomentas eso desde que son muy pequeños, la felicidad inundará tu  hogar. No hay nada como vivir al ritmo de tu bebé y no que tu bebé viva a tu ritmo. Asumiendo esto, el estrés desaparece por muy exigente que sea criar un hijo.

Encantada quedo por aquí de leer tus comentarios. Gracias y hasta pronto 🙂

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