sostenibles y para toda la vida
¡Hola! Por aquí estoy después de mucho tiempo sin publicar. No hay ningún motivo en concreto para esta ausencia, pero diría que entre algunos factores destaca «la falta crónica de tiempo». Una vez escuché que el tiempo no falta, hay tiempo, el problema es el uso que le damos, cómo establecemos las prioridades, qué se queda dentro y qué no de nuestro tiempo, pero este es otro tema ¿verdad? 🙂
Hablando de tiempo… ya estamos bien metidos en otoño, por cierto la estación que más me gusta de todas, lo que quiere decir que estamos en plena pre campaña navideña. Me gusta la Navidad, aunque no todo. Me gusta la decoración navideña, el ambiente festivo pero al mismo tiempo tranquilo, el sentimiento religioso, la familia… pero no me gustan nada el consumismo desmedido, las reuniones familiares forzadas mal avenidas ni el sentimiento de ayudar al prójimo con fecha de caducidad.
Si me lees desde hace tiempo y/o con algo de frecuencia, sabrás que tengo dos hijas. Una de 12 años y otra a punto de cumplir los 2 años. La mayor ya no pide juguetes y la pequeña no sabe siquiera que hay que pedirlos 🙂 y me siento aliviada. Cuando mi hija mayor era pequeña me vi negándole un año tras otro una muñeca «monster high» (¿las recuerdas?) porque no creía que unas muñecas pálidas, ojerosas y muy maquilladas al mismo tiempo, representaran nada positivo para ella. Ante estos retos siempre busqué alternativas y no me fui a ningún extremo, porque también entró en casa algún juguete «comercial». Sin embargo, antes tenía las cosas menos claras que ahora y además ahora cuento con mucha más información, más apoyos y, sobre todo, tengo muy claro cómo es la relación que me gusta tener con el mundo y con el consumo: sostenible.
Intentando recordar qué le regalé a la mayor cuando tenía la edad de la pequeña, hice un repaso mental de los juguetes que más le han gustado a mi hija a lo largo de estos años. También sé ahora qué juguetes no tuvo la mayor y me gustaría que tuviera la pequeña en consonancia con mi renovada manera de vivir y educar. Uniendo una cosa y la otra, me ha salido esta lista que abarca muchas edades y que puede servirte de inspiración:
- Tabla curva: mi pequeña va a tener de regalo de Reyes una tabla curva como esta. Las posibilidades son infinitas: como túnel, puente, balancín, mesa, tobogán desde la cama al suelo mientras trabajan el equilibrio y la propiocepción sin darse cuenta. En esta publicación ya conté de la empresa de mis maravillosos amigos y del cariño y las razones por las que hacen sus muebles y juguetes de línea Montessori-Waldorf-Pikler. Para niños más pequeños existe la tabla curva bebé y para la diversión de más de un hermanito el balancín doble. Estamos todos de suerte porque de los días 1 a 5 de diciembre, podréis tener un descuento del 10% en la compra de cualquier producto de Luila utilizando el cupón mamaeconomista. Sus precios de por sí son muy económicos en relación a la gran calidad de sus productos porque trabajan con una reducida estructura de costes, así que con un 10% de descuento… ¡merece la pena aprovechar para adelantar las compras navideñas!.
- Libros: cuando son pequeñitos los mejores libros son los de páginas duras, ilustraciones bonitas y poco texto. A medida que los niños van creciendo nos van diciendo más o menos qué libros les gustan. Nosotros podemos aportar algún libro sobre qué son las emociones y cómo gestionarlas. Hay muchos libros maravillosos sobre este tema adaptados a casi todas las edades. Son libros estupendos para comentarlos con ellos y profundizar en reconocer y verbalizar lo que sienten, así como a aprender a respirar o darse unos minutos antes de una rabieta.
- Puzzles: cuando son muy pequeñitos los puzzles de pocas fichas con pomos -para que sean fáciles de sujetar por sus pequeñas manos- son ideales. A medida que van creciendo, los puzzles irán teniendo más fichas de menor tamaño. A mi hija mayor le siguen encantando los puzzles tipo 3D.
- Hacer un pequeño invernadero en casa: ¿por qué gastar mucho dinero en un invernadero de juguete que se romperá en nada pudiendo hacer un pequeño invernadero con materiales reales y poco dinero? No hace falta mucho: un semillero, semillas, unas bandejas para colocar el semillero y hacer los trasplantes a macetas, un regador pequeño, una pala pequeña… Si hace mucho frío donde vamos a colocar nuestro semillero y macetas, podemos protegerlos del frío con una caja grande de plástico transparente sin tapa, boca abajo y con algunos agujeros para que circule el aire. Al fin y al cabo, los invernaderos no son más que una protección por la que puede entrar la luz del sol. Como disponemos de poco espacio, nosotros lo utilizamos para plantar hierbas aromáticas todo el año: albahaca, perejil y cilantro son las que más nos gustan 🙂
- Una caja con elementos para disfrazarse: sin duda este fue el mejor regalo de Reyes que mi hija mayor recuerda. Lo recibió con 7 años y lo ha usado hasta hace bien poco. En una caja bonita encontró muchos elementos para disfrazarse gracias a su imaginación: un parche de pirata, unas plumas de indio, una diadema de plumas, unas orejas y nariz de conejo, un antifaz de gato, maquillaje apto para niños y de origen-calidad no dudoso, una capa, una mascarilla de médico, una bolsa con collares y pulsares que ya no usaba (simbolizaban para ella encontrar un tesoro), un gorro, delantal y rodillo de cocinero… lo que fui encontrando por ahí… Se puede hacer de acuerdo a los gustos del niño, o poner de todo un poco… ¡lo que se nos ocurra! Ellos sabrán qué hacer, sólo hay que seguirles.
- Pintura de dedos: más tarde o más temprano los niños quieren pintar y, además, pintar en las paredes. Con pintura de dedos cuando son muy pequeñitos podemos hacer un mural grande en papel kraft con ellos o reservar un pequeño hueco de la pared para pintar todos juntos. En su día hicimos las dos cosas y lo que más disfrutó mi hija mayor fue dejar las huellas de sus manos en la pared.
- Bloques de construcción: hay de todos los tamaños, muy grandes cuando son muy pequeñitos y todavía no dominan la psicomotricidad fina. Nosotros tenemos los que encajan tipo Lego muy grandes y también todo tipo de bloques y formas de madera para apilar, juntar, alinear…
- Instrumento musical real: nada de instrumentos de plástico luminosos y con voces y canciones chillonas. Captan su atención al principio pero luego caen en el olvido porque no dan lugar a usar la imaginación. Cuanto más simple y real sea lo que nuestros niños tienen en sus manos, más usos le encontrarán y más disfrutarán. Recuerda la de veces que acaban jugando con la caja y no con lo que había dentro… Podemos optar por un xilófono, un triángulo, una clave, un tambor pequeño, una flauta dulce…
- Globo terráqueo o mapa mundi de pared: a casa llegó primero un mapa mundi para la pared con piezas magnéticas por países y continentes y que tenemos en una pared del salón y con el que es muy fácil enseñar jugando a «dónde está el norte, el sur, el ecuador, dónde vivimos nosotros, de dónde vienen los Reyes…». Luego llegó el globo terráqueo con una bombilla que lo ilumina desde dentro. Ambos me parecen im-pres-cin-di-bles.
- Un tablero y fichas de ajedrez: los hay adaptados a niños muy pequeños. Ayuda a ejercitar la memoria, la concentración, la lateralidad… al principio sólo es necesario que sepan dónde va cada ficha y el movimiento de cada una de ellas. Y aunque la publicación dice «10 regalos…», no hay dos sin tres y por eso añado el siguiente…
- Bautizar una estrella: Y por último, uno de mis regalos favoritos, totalmente inmaterial y también para toda la vida. Podemos regalarle a nuestro hijo (o a quien queramos) una estrella con su nombre. Elegimos la constelación y la estrella que esté libre nos la asignan. En esta publicación te cuento exactamente cómo se hace. Pronto realizaré un sorteo de una estrella gracias a etoilez-moi.
Te aseguro muchísimos momentos divertidos e inolvidables de los más pequeños de la casa buscando qué hacer sobre la tabla curva; sentados en tu regazo leyendo y comentando sobre las emociones como el miedo, la alegría, el enfado, el amor…; haciendo puzzles con y sin ayuda; plantando semillas y viéndolas germinar aprovechando para hablar sobre los seres vivos, sus necesidades, el ciclo del agua y de lo importante de cuidar nuestro entorno; disfranzándose e inventado historias; pintando con los deditos o dejando su huella junto a la tuya; construyendo palacios, rampas, coches y casitas; riéndose por hacer su propia música; señalando con su manita su casa en el mapa mundi o globo terráqueo; poniéndose a prueba con el ajedrez y la satisfacción de tener en su cuarto su certificado con su estrella bautizada con su nombre… Y todo ello sin gastar mucho dinero, sin pilas ni baterías a recargar, sin residuos… aprendiendo de la vida práctica, pasando tiempo juntos, disfrutando de lo sencillo…
Son regalos que no pasan de moda, que se pueden guardar de un hermanito a otro, donar en el futuro si están en buen estado… creo que son ese tipo de juguetes de los que no nos aburrimos nunca, siempre útiles y que nos darán tantos momentos bonitos que los asociaremos con nuestros hijos con mucho cariño en el futuro.
Sobre cuántos regalos dejar a cada niño, eso va en cada uno. Sin embargo, mi opinión es que no debemos hiperregalar a nuestros hijos. Yo he llevado la siguiente regla, sobre todo con mi hija mayor que ya pide por esa boquita desde hace unos años :): un libro, algo de ropa que le haga falta y 3 juguetes (uno que pida, uno que no ha pedido y uno que le sorprenda mucho). Por supuesto que no le dejo todo lo que pide como manera de que aprenda a frustarse un poco, para superarlo después valorando lo que tiene y no poniendo el foco en lo que no ha recibido.
Quisiera hacer aquí también una mención al lenguaje inclusivo: defiendo el lenguaje inclusivo (por ejemplo, ministro y ministra, antes no había ministras y la palabra no existía pero ahora que hay ministras -por suerte-, utilizamos su forma femenina). Pero desdoblar absolutamente todo me parece innecesario porque además el lenguaje común, el que usamos todos, igual que hace nuestro cerebro, busca economizar energía y recursos. Por tanto, cuando me refiero aquí al niño, a los hermanitos, etc., me refiero a niños y niñas por igual. Me parece agotador, en un artículo donde hablamos de niños en general, hacer mención al niño y a la niña… es innecesario. Perdón por la aclaración, no viene al caso, pero si a alguien le surge la duda, aquí está la explicación.
Gracias por leer hasta aquí 🙂 Te deseo unas felices y sostenibles compras navideñas. Nuestro planeta agradecerá que compremos cosas atemporales, duraderas, de materiales nobles, que no necesiten pilas ni dejen residuos… ¡Gracias!
Muy originales! No conocía la tabla curva.
https://rosaamarillablog.wordpress.com
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Muchas gracias 😍 No hay límites en la imaginación de un niño con una tabla curva. La recomiendo con los ojos cerrados. Besines 😘❤️😘
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