Conciliación de vida familiar y trabajo por cuenta propia

¡Hola! Hoy vengo por aquí con algo que me han pedido por privado. No es más que un esquema de mis rutinas diarias, de cómo me organizo el tiempo para poder cumplir con mis deberes como madre y como profesional. No ha sido fácil hacer el esquema porque no hay un día igual al anterior: unos días mi hija mayor entra a las 8 en el colegio y otros a las 9; unas tardes mi marido puede conciliar la vida familiar con la profesional y otras tardes no; otros días mi hija mayor tiene clase de ballet y otros no…

Para ser lo más detallista posible, sin caer en el exceso de información, he dividido los días por rutinas: la de mañana y la de tarde. Pero voy a empezar por lo que es común a todos los días, en términos generales. Se trata de una semana «tipo» sin imprevistos, que siempre los hay 😉 Si vas con prisas, pasa directamente a las conclusiones… 🙂

COMÚN A TODOS LOS DÍAS

  • Me acuesto a las 23.00 y me levanto a las 6.40.
  • Despierto a mi hija pequeña sobre las 8.00 si es que ella no se ha despertado antes.
  • Mi hija mayor se levanta a las 6.45 los días que entra a las 8.00 y a las 7.30 los días que entra a las 9.00 en el colegio.
  • Nos duchamos siempre por la tarde-noche antes de cenar.
  • Cenamos entre las 20.30-21.00.
  • Mi hija mayor se acuesta a las 22.00; la pequeña entre las 21.00-21.30, según lo que tardemos en cenar. Mientras yo le leo un cuento y la acuesto, mi marido se encarga de recoger la cocina después de la cena.
  • Mi hija mayor almuerza en el colegio; la pequeña almuerza en casa cuando se despierta de la siesta (la hora es variable, entre las 14.30 y 15.30); mi marido y yo almorzamos juntos a las 14.30 los martes y jueves y a las 15.30 el resto de la semana, debido a su horario de trabajo.
  • Los domingos por la mañana hago la comida y la cena de varios días (batch cooking). Los jueves hago lo mismo para dos días más (jueves y viernes). Plancho la ropa por las tardes o por las noches.
  • Si algún día (y son muchos) me quedan asuntos urgentes pendientes, después de que se acuestan las niñas y todo está en calma, dedico unas horas más a mi actividad profesional. Antes de acostarme reviso la agenda y me voy a la cama sabiendo lo que me espera al día siguiente.

rutina de mañana

  • Desayunamos a las 7.00 nosotros dos.
  • Los lunes, jueves y viernes, mi hija mayor desayuna con nosotros porque sale hacia el colegio a las 7.30 con mi marido.
  • La pequeña desayuna cuando está vestida antes de ir a la guardería.
  • Los martes y los jueves, llevo yo a mi hija mayor al colegio; luego dejo a la pequeña en la guardería.
  • De 9 a 12 me dedico sin descanso a asuntos profesionales.
  • Recojo a la pequeña en la guardería y la llevo un rato al parque infantil.
  • Llegamos a casa, nos lavamos las manos, coloca la mochila en el perchero y hacemos juntas cosas como: tender la lavadora, colocar la vajilla del lavaplatos, poner la mesa…
  • Se duerme la siesta tomando teta. Duerme entre dos y tres horas que aprovecho para continuar con dedicación plena a asuntos profesionales, aunque reservo unos minutos para mis rutinas de meditación, yoga, afirmaciones positivas y cuaderno de gratitud.
  • Hora de almorzar.

rutina de tarde

  • Después de almorzar, recoger la cocina y cepillarnos los dientes, mi pequeña juega sola mientras yo dedico una hora más a mi actividad profesional.
  • Los lunes y miércoles recogemos a su hermana mayor en la puerta del cole a las 17.00, venimos a casa, merendamos y quedo a su disposición por si me necesita para sus deberes escolares.
  • Los martes y los jueves nos vemos en el patio del colegio a las 18.00, que sale de su clase de inglés. Merendamos en el patio y luego mi hija mayor va a la biblioteca del colegio hasta las 19.00 que empieza su clase de ballet. Llega a casa con mi marido sobre las 20.30.
  • Sobre las 19.30 comenzamos con las duchas.

conclusiones

Si has leído hasta aquí, te felicito. Te puede servir de inspiración como organizo mi día a día pero cada uno encuentra su método y lo que me vale a mí, quizás no le valga a nadie más. Pero estoy segura de que te haces preguntas como: ¿cuándo haces la compra?, ¿cuándo pones, tiendes, recoges lavadoras?, ¿cuándo sales a recados en el banco, farmacia, correos…?, ¿cuándo vas a comprar cosas necesarias de la casa o de las niñas?, ¿cuándo vas a la peluquería?, ¿te da tiempo de pasear al perro, arreglarte las manos, maquillarte…?, ¿cuándo limpias la casa? Son tantas cosas, es tal la carga mental que se añade a la carga de trabajo y cosas por hacer… Quizás pienses que acuesto muy tarde a la pequeña… yo también lo pienso, sobre todo cuando recuerdo que a la mayor, hasta por lo menos 4º de primaria la acostaba a las 20.30 en punto cada día… Pero con las obligaciones y horarios de la mayor, no conseguimos cenar lo suficientemente temprano para poder acostar a la pequeña a esa hora. Me consuela que al menos no madruga tanto como lo hacía su hermana porque yo ya no entro a las 8.00 en ninguna oficina y que duerme una buena siesta cada día. Puede que pienses que almuerza muy tarde, pero he intentado hacerlo al revés, que almuerce primero y eche la siesta después y no ha funcionado. Si tiene sueño, lo demás se hace imposible. Dentro de un orden mínimo, intento seguir su ritmo.

La intención de esta publicación no era que te aburrieras leyendo algo que quizás no te interese mucho (mi día). Mi intención era visibilizar lo difícil que resulta conciliar maternidad y trabajo. En mi caso, el interminable horario de trabajo de mi marido la mayor parte de los días, me condiciona a mí a la hora del trabajo que puedo realizar, porque además queremos ser padres (o madre en este caso) presentes en la puerta del colegio para recoger a nuestros hijos. Quiero visibilizar que la conciliación no es posible con el abismo existente entre el horario (bastante extenso ya) del colegio y de la mayoría de los trabajos, con esas pausas enormes para almorzar, para luego salir de trabajar casi de noche. La conciliación no es posible si no lo hacen ambos progenitores. Y todo ello sin contar con imprevistos en forma de virus infantiles y sin nadie que te ayude. O con viajes de trabajo de uno de los dos.

La sociedad en su conjunto debe tomar conciencia de lo importante de la productividad dentro de una racionalización de horarios. Necesitamos niños criados con tiempo y con amor para que sean adultos seguros de sí mismos, serenos y buenas personas para liderar este mundo que debe cambiar porque no va por buen camino. Necesitamos niños y facilidades para los padres para asegurar las pensiones de una pirámide poblacional que se invierte, donde habrá más ancianos que niños, jóvenes y personas de mediana edad… y de esto hablaremos próximamente…

Muchas gracias por leer hasta aquí. Si te ha gustado esta publicación, dale a me gusta y/o comparte esta publicación.

Y por favor cuéntame tus truquitos para conciliar vida profesional y maternidad. Me encantará enriquecer mi experiencia con la tuya 🙂

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