¡Hola! Hoy vengo por aquí con mi gran asignatura pendiente: el autocuidado. Estoy avanzando, cada día doy un pequeño paso adelante y se está consolidando dentro de mí como hábito, el dedicarme algo de tiempo para mí misma en exclusiva, con cierta frecuencia y regularidad. Eso me ha dado la idea para contarte mis mejores 10 ideas de autocuidados y su versión low cost, así que no hay excusa para que todas nos cuidemos un poco más.
Se puede hacer muy difícil cuidar de los demás, sobre todo de nuestros hijos pequeños pero también de nuestra relación de pareja, si no expandimos nuestras alas, descansamos y nos llenamos de aire limpio y renovado. Y para eso hace falta tiempo en exclusiva para nosotras mismas, cuidarnos, tratarnos bien y recordarnos que este cuerpo es el único que nos va a acompañar el resto de nuestra vida. Para ello te traigo estas ideas que espero te inspiren y ayuden a dar un paso firme en tus propios autocuidados:
- Pasear en un entorno agradable en soledad: pasear en un estado mental relajado, practicando mindfullness para disfrutar del paseo sin que nuestra mente se enrede en problemas y preocupaciones. No solo se trata de caminar a paso ligero para oxigenar nuestro cuerpo mientras hacemos algo de ejercicio. Se trata de despejar también nuestra mente atendiendo a los detalles que nos ofrece el paseo de manera consciente: el brillo del sol, el azul del cielo, los árboles que vamos viendo, un perro que pasa a nuestro lado… No es más que vivir el paseo desde lo presente: el paseo en sí mismo. Nada de anticipar lo que haremos cuando lleguemos a casa ni de recordar con pesar nuestro mal humor de antes de salir a pasear. Aquí no hay versiones: pasear es el autocuidado más económico y del que se puede beneficiar cualquier persona. Media hora diaria es suficiente. Si el día está soleado mejor que mejor, pues la luz del sol mejora el ánimo.
- Masaje: ir a darse un masaje terapéutico o relajante, disfrutando del mismo pero también disfrutando de la placentera sensación posterior de que nuestra espalda parece mucho más ligera. La versión económica, la cual he hecho algunas veces con buenos resultados, es que busques en la red un video de automasaje con aceite (me gusta mucho el automasaje ayurveda con aceite de coco), pongas unas velitas y música relajante en tu baño mientras ves el video que te va guiando sobre cómo darte un automasaje. Al final, dedica unos minutos a la relajación, tumbada y tapada con una manta para no coger frío, terminando con una ducha de agua caliente y fría al final.
- Sesión de SPA: salut per acqua, ya lo decían los romanos, el agua es sanadora y terapéutica. Las ciudades disponen ya de muchos centros urbanos de SPA donde ir. Pero también podemos hacer nuestro propio SPA en casa: llenamos la bañera con agua caliente, le ponemos sal marina sin refinar y unas gotas de algún aceite esencial relajante (mi preferido es el aceite esencial de lavanda), nos frotamos en seco la piel con un buen guante de crin en sentido ascendente y nos metemos en la bañera, apoyamos la cabeza en una toalla y nos relajamos escuchando música o una meditación guiada. Es muy importante que la mente también descanse, en este y en todos los autocuidados. El bienestar total viene cuando el descanso y los autocuidados son para el cuerpo y también para la mente.
- Un café con las amigas: un café vigorizante, un té digestivo, una infusión relajante… pero sobre todo la compañía de nuestras amigas para reír, conversar, compartir y volver a casa con la sensación de que nuestras cargas pesan menos. Cada vez dedicamos menos tiempo a las amistades, no disponemos de tiempo, estamos muy liados… pero debemos hacer el esfuerzo y programarlo en la agenda como si un compromiso profesional o médico se tratara, para efectivamente no dejarlo pasar. Te sentará muy bien y para ello sólo tienes que recordar la última vez que estuviste con tus amigas y cómo te sentiste al final. Y si no puede ser en la calle por cualquier circunstancia, podemos organizar ese café, té o infusión en nuestra casa, por menos dinero pero con los mismos buenos resultados. ¿Te tomas un café conmigo? 🙂
- Ir al cine a ver una buena película: ya sea en compañía o no, ir al cine es una buena manera de disfrutar de unas horas para nosotras pero si la economía no acompaña podemos ir a la biblioteca de nuestro barrio y sacar una película como quien saca un libro, ya que en la actualidad casi todas las bibliotecas disponen del servicio de películas y estrenos en DVD.
- Hacer un taller de pintura: o de escritura, de escultura, de restauración de muebles… seguro que hay alguna disciplina artística que siempre te ha gustado… Pues es el momento de aprender, relajarse y disfrutar. Su versión económica es buscar tutoriales (los hay muy buenos de prácticamente casi todo) en internet y convertirnos en autodidactas de aquello que nos gusta y se nos da bien pero tenemos abandonado o no le hemos hincado el diente todavía.
- Comida con amigas: qué ratitos tan divertidos se pasan en esos almuerzos de amigas ¿verdad? Las risas se imponen sobre las penas porque la amistad está para eso también, para que tomemos un poco de distancia de nuestros problemas o preocupaciones cuando sea necesario. Si el bolsillo no acompaña, puedes organizar la comida con amigas en un parque bonito o en el monte, llevando la comida entre todas. Así, matas dos pajaros de un tiro: el ratito necesario con tus amigas mientras respiras aire puro y descargas tensiones sentada en la tierra.
- Un buen libro: pide consejo y cómprate un buen libro, que te haga soñar, te inspire, te distraiga o trate algún contenido cultural que te interese. Si no puedes comprar, sácate el carnet de red de bibliotecas de tu municipio y acude a ellas, son sitios donde el silencio acompaña y nos relaja mientras elegimos los libros. Yo acudo con mis hijas a la biblioteca con frecuencia y es un rato que me encanta.
- Ve al museo: seguro que desde donde me lees hay algún museo con exposiciones permanentes o alguna exposición temporal cultural. Da igual si ya has ido, los museos y exposiciones tienen tanto contenido que siempre encuentras alguna novedad por muchas veces que hayas ido antes. Para su versión más económica puedes consultar los días en que la entrada es gratuita o buscar aquellas exposiciones que lo son ¡hay muchas más de las que imaginas! Contemplar una obra de arte, un contenido cultural o una fotografía nos proporciona sosiego y calma. Además, nos puede servir de inspiración para iniciarnos en alguna disciplina artística como la pintura, el grabado, la fotografía… las posibilidades son muchas.
- Fin de semana de hotel: si tus hijos ya tienen edad para disfrutar en casa de abuelos u otros parientes, ¡regálate un fin de semana en un hotel con tu pareja! Es una dosis extra de vitaminas y energía para mucho tiempo. Aprovecha para descansar, caminar, comer rico, darte un masaje… Pero si la economía no acompaña o los niños son todavía muy pequeños, simplemente organiza una sesión de cena romántica en tu casa para tu pareja y para ti. Se trata de no cenar lo mismo de siempre, de disfrutar del tiempo necesario de los preparativos de esa cena diferente, de hacer de la cena un encuentro romántico, una cita, donde conversar y recordar qué nos enamoró de nuestra pareja y qué proyecto queremos seguir juntos, dándonos apoyo mutuo y amándonos mucho.
Y hasta aquí mis 10 propuestas. Espero que las pongas en práctica, una por mes. Y, sobre todo, siempre que puedas, sal a pasear con la mente en el momento presente, sin anticipar lo futuro ni recordar lo pasado. Cuídate, primero por ti, porque lo mereces. Y después por los demás, no podrás cuidar de los demás si no estás al cien por cien.
Muchas gracias por leer hasta aquí. Si te ha gustado la entrada, dale a me gusta o mejor aún, compártela. Estaría genial que te suscribieras, así recibirás cómodamente mis publicaciones en tu buzón.
Y ahora cuéntame ¿te cuidas? ¿crees que lo suficiente? ¿cómo te cuidas?
2 comentarios sobre “10 propuestas de autocuidados (y su versión más económica)”