¡Hola! Ayer mi pequeña cumplió 30 meses, dos años y medio que se me han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Hace unos 6 meses que no escribo sobre la evolución de mi bebé: creo que a partir del primer año los progresos se observan mejor en periodos medios de tiempo. La última vez que publiqué sobre los progresos de mi bebé, toddler, niña… fue el 1 de marzo, cuando acababa de cumplir sus primeros dos añitos 🙂
No hemos hecho control de peso y talla porque hasta los 3 años no es necesario, pero próximamente debemos acudir a una revisión, ya que en agosto estuvo malita con un virus, y por curiosidad pediremos que la midan y la pesen. Que está grande es indudable porque la ropa se le va quedando corta con rapidez y lo mismo sucede con los zapatos 🙂
Siento que el tiempo pasa cada vez más deprisa y con más intensidad. Todavía disfruto mucho de esta maternidad respetuosa y en el apego, pero hay algo que me dice que pronto pasaremos a una nueva etapa. Siento cerca el destete natural y el fin del colecho, aunque de momento no hay indicios… pero no sé, siento un pálpito… Iré dejando las experiencias por aquí 🙂
El bebé (o el niño) de 30 meses
El bebé de dos años y medio con respecto a los dos años ha progresado mucho en el habla y en el lenguaje: hace preguntas, construye frases, memoriza con rapidez las nuevas palabras… En cuanto a desarrollo motriz sigue esforzándose por hacer las cosas solo y una vez lo consigue, es capaz de perfeccionar la técnica con una velocidad asombrosa: vestirse y desvestirse, reparar algún juguete que se desmonta, comprender dos órdenes conjuntas y ejecutarlas por separado… Tiene sus preferencias a la hora de vestir y de elegir los alimentos, regula por completo su apetito pidiendo más o rechazando comida y su sueño nocturno aunque es más estable y seguido, también se ve perturbado por pesadillas.
En cuanto a nuestra vida cotidiana, nos encontramos así:
Sueño: en vacaciones los horarios cambian un poco. Por suerte, recuperar las rutinas no nos cuesta demasiado tiempo ni esfuerzo. Durante la noche puede dormir unas 10-11 horas casi del tirón. Digo casi porque frecuentemente tiene una o dos pesadillas durante la noche, se medio-despierta, aprovecha para tomar teta y sigue durmiendo. Durante el día hace siesta de 1-2 horas, depende del día y de la hora en que la haga. Yo prefiero que la haga a medio día antes de comer, porque si la hace después de comer, duerme mucho más rato y por la noche le cuesta dormirse temprano y entramos en lo que yo llamo “territorio comanche”: una mezcla de sueño-hambre y agitación que se convierte en la pescadilla que se muerde la cola: se duerme tarde, por la mañana se despierta tarde y no quiere siesta hasta la tarde y volvemos a empezar hasta que un día la privo de siesta, sobrellevamos la tarde como podemos y finalmente se duerme temprano y cogemos ritmo.
Lactancia materna: la lactancia materna hace tiempo que no es alimento principal, sino un complemento. Cada día es diferente al anterior… pero en líneas generales toma pecho para dormirse, cuando se despierta de la siesta y una toma suelta por la mañana y otra por la tarde. Aparte de esto, cuando quiere teta la pide: “Mamá, quiero titita”. Si yo no estoy, no la pide, ni en la escuela infantil ni en casa de los abuelos. Únicamente toma mucho pecho cuando está malita y deja de comer otros alimentos. Las asesoras de lactancia me dicen que no le deje de dar toda la teta que pida en esas circunstancias porque le hidrata y le nutre. En agosto estuvo malita con un virus y sólo quería teta y algo de fruta; una vez se recuperó, su apetito volvió a ser el de siempre 🙂
Alimentación complementaria: en esto ha habido pocas variaciones porque desde que empezamos con la alimentación complementaria siguiendo el método BLW, nuestra pequeña ha comido siempre lo mismo que nosotros, usa los cubiertos y bebe de un vaso ella sola desde muy temprano. Hay etapas en las que come más y otras en las que come menos. Hay alimentos que no le gustan y otros que no le gustaban antes, ahora sí los pide. Cuando no tiene hambre, rechaza la comida y cuando tiene hambre lo dice. También nos pide probar cuando nos ve comiendo algo nuevo. Sopla la comida si está muy caliente y reconoce lo que no puede comer por peligroso: aceitunas con pipa, frutos secos, cerezas con pipa… Nos dice “está duro, eso no”, esperando a que se lo preparemos de alguna manera para que se lo pueda comer. En la calle tengo muchas más precauciones, por ejemplo, cuando nos ofrecen cacahuetes o aceitunas con hueso, digo que no. Más vale prevenir…
Dientes: le han salido unas muelas nuevas pero tengo la sensación de que los nuevos dientes que van saliendo no molestan pero sí compruebo como siguen irritándole el culito, aunque muchos pediatras dicen que no hay relación entre una cosa y otra. Se los cepilla ella sola 3 veces al día (nosotros le repasamos).
Movimiento: camina, corre, salta, trepa, carga objetos voluminosos y pesados, pinta, apila, me ayuda a hacer la cama… su curiosidad, interés y osadía no tienen límites. Los límites para su seguridad en casa son: estar descalza para un buen agarre y propiocepción, observación y vigilancia respetuosa todo el tiempo por nuestra parte, eliminación de su vista y alcance los objetos peligrosos, cortantes o punzantes y educación en cuanto lo que se puede y lo que no (por ejemplo, el mueble de los productos de limpieza se puede abrir y mirar pero no tocar). Soy más partidaria de educar y enseñar que de prohibir; con amor, cariño y firmeza, nuestros pequeños son más capaces de lo que imaginamos de hacer lo que es seguro para ellos. En la calle, los límites para su seguridad son calzado adecuado, tener mil ojos y comenzar con educación vial: el peligro que representan los coches o alejarse de Mamá.
Comunicación: la expresión verbal es muy rica, comprende órdenes sencillas pero también preguntas como “¿tienes hambre? ¿quieres dormir? ¿vamos a dar un paseo?” y responde en función de lo que quiere. Construye frases de varias palabras que acompaña de tono y gestos, repite la letra de las canciones y pregunta buscando afirmación “Mamá, ¿estás haciendo la comida?”. Para mí es un alivio cuando está malita preguntarle qué parte del cuerpo le duele hasta que lo averiguo, preguntando y tocando al mismo tiempo hasta que asienten: “¿te duele aquí, el cuello? No; ¿te duele aquí, en la barriguita? Sí”.
Juego: el juego es la parte más importante en la vida de un niño. Cualquier situación puede ser un juego y aquí en casa se divierte tanto con sus juguetes como con aprender cualquier cosa cotidiana. No tiene muchos juguetes y los que tiene los voy rotando cada 4-5 días. Le gusta mucho pintar con lápices, rotuladores y acuarelas, hacer construcciones y cualquier juego con verduras, frutas y cosas de cocina. Se distrae mucho intentando arreglar algún juego que se destartala y juega muchísimo con su hermana mayor. Todo lo que su hermana le propone le encanta y lo disfrutan juntas: bailar, ver Cantajuegos, pintar, leer… Intentamos adaptar cualquier labor para que se integre en nuestros quehaceres diarios cuando está en casa: regar las plantas, hacer las camas, recoger sus cosas al final del día… y lo hace con alegría cuando ve que es capaz de hacer lo mismo que nosotros.
Sustos: por suerte llevamos un periodo tranquilo. Ha habido alguna caída con arañazos en las rodillas y poco más. Lo peor fue igual que cuando tenía dos años, un virus que la tuvo decaída toda una semana.
Relación con el mundo: con nosotros es más parlanchina que con el resto. Sin embargo, con los familiares cercanos ya se comporta alegre y desenvuelta desde el principio. Con los extraños es más callada y observadora. Reconoce a los otros niños como iguales y le gusta jugar con ellos en el parque. Reconoce y distingue a los niños de las niñas.
Hay cosas que no quiero olvidar como cuando dice «se cayó bebé» cuando se cae al suelo; cuando nos pide un poquito de «Callevo» (Cantajuegos); cuando está tomando teta y quiere pasarse al otro pecho y me dice «otro titita»; lo que disfruta en el agua de la piscina o de la playa; los besitos que le daba a nuestro perro antes de irse a dormir cuando nuestro perro estuvo malito; los gestos de sorpresa subiendo los brazos ante cualquier cosa nueva; cuando ve llorar a algún niño por la calle y dice «bebé llora; quiere agua»; cuando se pone a contar números o a decir los colores en español y en inglés o dice «muchos colores» al tiempo que lo dice con el lenguaje de los sordomudos (ambas cosas se las enseñan en el ratito que va a la escuela infantil, el cole como yo lo llamo)… Son tantas y tantas cosas que me hacen reír, sonreír y llenar mi corazón que podría estar horas escribiendo 🙂
La intención de estas publicaciones no es crear angustia si tu bebé no hace las mismas cosas a la misma edad. Cada niño lleva su ritmo. Se trata solo de recoger nuestras experiencias y anécdotas, que si te coinciden en tiempo y forma, te provocará un sonrisa pero si no, solo tienes que esperar y estar preparada para lo que te viene. Cada bebé a su ritmo.
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La entrada «Mi bebé tiene dos años y medio» se publicó por primera vez el 29 de agosto de 2019 en http://www.diariodeunamadreeconomista.com