España es el país que más bancarrotas acumula como país soberano. La primera se produce en el año 1557 durante el reinado de Felipe II, que heredó de su padre Carlos I, una inmensa deuda en forma de “bonos”. A partir de ahí, vinieron otras en 1575, 1596, 1607, 1627, 1647, 1652, 1662, 1666, 1799, 1872, 1882 y 1939. En total, hasta el fin de la guerra civil española, nada más y nada menos que trece bancarrotas. No merece la pena extenderse en las causas de estas crisis financieras porque no es la finalidad del artículo, pero, aunque aquellas bancarrotas y las posteriores tienen muchas cosas en común, todo lo que acontece en el panorama económico y financiero, después de la Segunda Guerra Mundial, tiene otros matices relacionados con la situación actual.

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